Hoy esta especie de “gacetilla” nace de la bronca, la ira y el dolor de confirmar, una vez
más, que el verdadero factor de riesgo es SER MUJER.
Morena, Brenda y Lara fueron vistas por última vez el 19 de septiembre (hace apenas cinco
días). Ayer encontraron sus cuerpos descuartizados y torturados, enterrados en el patio de
una casa en Florencio Varela. Me encantaría decir que “no esperaba este desenlace”, pero
en un país donde ASESINAN a una de nosotras cada 36 horas, lo cierto es que
encontrarnos vivas tras una desaparición ya es un milagro. A esta altura, regresar sanas y
salvas después de nuestras actividades cotidianas es lo realmente milagroso.
Hace apenas una semana, una estación de servicio en Crespo (Entre Ríos) promocionaba
su apertura con una publicidad aberrante, en ella se jactaban de lo fácil que es deshacerse
de una mujer en una bolsa de consorcio, rematando con la frase: “ESTA NO JODE MÁS”.
Cuando repudiamos esa propaganda, se nos acusó (a todo el movimiento feminista) de
“pasarnos tres pueblos” y nos mandaron a relajarnos porque “era un chiste”. ¿Vieron que
no es un chiste?,¿Entienden por qué no se puede hacer humor con TODO?
Ayer, mientras tanto, los medios de comunicación llenaban horas de aire con debates
absurdos que rozaban la justificación del crimen: “Bueno, pero ejercían la prostitución”, “¿Se
subieron voluntariamente al vehículo?”, “Eran pobres”, “Una era mamá”. Al parecer aún no
se comprende que no importa cómo vestimos, de qué trabajamos o cuál es nuestra
situación económica.
Me pregunto, y les pregunto, a quienes repiten una y otra vez que “las víctimas eran
prostitutas”: una de ellas tenía 15 años. Menor de edad. Todo el barrio sabía que ejercía la
prostitución, y aun así nadie hizo nada para ayudarla a salir de esa situación. Sin clientes
no hay trata, señores, pero claro, ustedes no están preparados para esa discusión.
En nuestro país muere una mujer cada 36 horas. Son las mismas palabras que repetimos
desde el primer Ni Una Menos, hace ya diez años. En este tiempo conquistamos derechos
y logramos leyes, pero sabemos que ninguna conquista es fija: cada una hay que pelearla
una y otra vez. De las víctimas sabemos absolutamente todo. De los hijos de la mierda de
sus asesinos, nada, una vez más la culpa es también del Estado ( ahora más que nunca) ya
que el gobierno de Milei desfinanció todos los programas destinados a prevenir la violencia
machista y a acompañar a quienes la sufren (a esta altura somos todAs) . Esa política
aberrante no es inocua: nos mata, y nos mata cada 36 horas (sí, lo voy a repetir todas las
veces que haga falta).Hay que salir a las calles. Esto no puede seguir pasando. El Estado
es cómplice de cada femicidio, porque cada uno deja al descubierto su ineficiencia.
Anoche, en el barrio de Flores, hubo una concentración: porque no tendrán jamás la
comodidad de nuestro silencio, porque vamos a pasarnos todos los pueblos que
hagan falta hasta que no falte ninguna, porque cada día retrocedemos dos mil años en
materia de derechos, porque exigimos JUSTICIA por cada una de nuestras muertas y,
sobre todo, porque a diez años de nuestra primera marea, la deuda sigue siendo con
nosotras.
Mi nombre es Anto, Recuerden: el corazón nunca a la derecha.
JUSTICIA POR MORENA, BRENDA Y LARA.