Cuando me mudé a este departamento hace 20 años más o menos, la única persona amable que por ese entonces me saludaba, era mi vecina, la señora del primer piso. Tenía otra vecina que cuando me ponía a practicar los ejercicios para el conservatorio con la guitarra criolla, me tocaba timbre o me denunciaba directamente y venia la policía, pero la señora del primer piso nada que ver, ella tenía otra visión de las cosas y no era una vieja amargada como la papuda esta (que finalmente se mudó a otro edificio).
La Señora del primer piso me preguntada que era eso tan lindo que tocaba o me decía estuviste cantando te escuché, me gusta. Siempre que la cruzaba tenía algo lindo para decir y una sonrisa muy cálida, y siempre me saludaba donde sea que nos crucemos, me preguntaba cómo estaba o si necesitaba algo.

Hace un par de años que la señora del primer piso comenzó a usar un respirador muy ruidoso para dormir, me acuerdo que estuve días sin dormir con un ruido en el techo que desaparecía cada 5 minutos y volvía, pensé que era el edificio de al lado, pensé que quizás había narcos o trabajadores sexuales con una forma bastante bruta de coger, no sé, me imaginé muchas cosas. Un día, hablando con el encargado me dijo que era el respirador de la señora del primer piso, a partir de ese día el sonido del respirador se convirtió en una canción de cuna para mí, le tomé tanto aprecio que ya no me molestaba, por el contrario, muchas veces no me podía dormir y me concentraba en el ruido del respirador, contando el tiempo que tardaba en volver a escucharse y así me quedaba dormido.

El lunes a la noche no me podía dormir, me acosté y daba vueltas y vueltas en la cama incluso tenía el ventilador haciendo ruido y lo apagué para poder escuchar el ruido del respirador de la señora del primer piso y así dormirme, no sé a qué hora me venció el sueño pero no pude escuchar ese ruido.
El martes a la mañana salgo a comprar y olvidé la billetera, estaba re mal dormido, le comento al encargado que no había podido dormir a la noche y me cuenta que esa noche, la Señora del Primer piso había fallecido.
Me quedé helado, a pesar de que no había podido escuchar el respirador, nunca pensé que le podría haber pasado algo, últimamente ese ruido era una suerte de consuelo para mí, sabía cuándo se iba a dormir y que seguía con vida.

Voy a extrañar mucho cruzarla en la puerta y voy a tener que acostumbrarme de nuevo al silencio de la noche, no tengo dudas que donde sea que esté ahora, va a seguir siendo tan amable como siempre.

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2 Respuestas

  1. Carolina

    Soy fan de tus escritos! Sabes hacer que el otro sienta eso especial que vos debes sentir al escribít! Acá tenés dos fans más

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