La batalla de la inclusión

El lenguaje neutro, también llamado lenguaje no binario, se creó para que no haya diferenciación de género en el lenguaje escrito, y ha sido defendido por los movimientos LGBTIQ+ (Lesbiana, Gay, Bisexual, Trans, Intersexual, Queer y otres) y algunos movimientos feministas. La idea principal es deconstruir el sentido de que las palabras son binarias, es decir, son masculinas o femeninas.

Las personas que no se identifican ni con hombre ni con mujer se denominan individuos no binarios, y en lenguaje no binario los términos utilizados en palabras que designan género se sustituyen la “o” y la “a” por “x”, “@” o «e». Sin embargo, algunos críticos dicen que la lengua siempre ha usado las formas masculinas como reglas y las formas femeninas terminan siendo puntuales, para ellos las formas masculinas predominantes son necesarias para el funcionamiento del español, además hablan de un problema de adaptación de las aplicaciones para personas con discapacidad visual que no pueden reconocer palabras y no pueden convertirlas en audio.

Eduardo Calbucci, por ejemplo, piensa que el tema de la impronunciabilidad molesta mucho, y que los elementos sexistas no están en el género de las palabras.

Creo que el lenguaje no es solo un conjunto de palabras escritas en un diccionario, ni está aislado de la cultura, está en constante evolución, cada día llegan nuevas palabras a nuestro idioma y las aceptamos como parte de nuestro dialecto, y nadie dice nada, nadie se molesta, esto que digo es verdad, no es una “fake news”. Ferdinand de Saussure por ejemplo decía que el lenguaje lo hereda la sociedad.

En el caso de las personas con discapacidad visual, el uso de inclusivo no representa un gran problema, con el avance de la tecnología, las aplicaciones podrían configurarse para reconocer el lenguaje neutro, y por otro lado siempre se ha incluido tanto a las personas con discapacidad visual como auditiva. Sin embargo, el lenguaje inclusivo trata de incluir a alguien que nunca jamás estuvo incluido y hasta ahora nadie los había tenido en cuenta.